Desde niña tuve migrañas y problemas intestinales; Más adelante, en mi adolescencia, comencé a tener sensibilidad a algunos alimentos, olores y ruidos, a la luz solar, y a la contaminación del aire, lo que agravaba mis migrañas y mis problemas intestinales. Cuando tenía veintitantos años, tuve muchas infecciones urinarias. Y a los 33 años me diagnosticaron SII. A los 44 con rosácea. A los 45 años me diagnosticaron sensibilidad al gluten. Finalmente, mis problemas intestinales se resolvieron por primera vez en mi vida cuando adopté la dieta libre de gluten, pero no las migrañas.

Vivía y trabajaba en Nueva York, cerca del World Trade Center, cuando ocurrió el 11 de septiembre; Todos los vapores tóxicos que permanecieron en el aire durante muchos meses después del colapso de las torres agravaron todos mis síntomas. Tenía migrañas casi todos los días y mis sensibilidades se magnificaron. Aun así, seguí trabajando y funcionando en el mundo hasta que ya no pude más.

A los 45 años tuve que dejar de trabajar. Ya no podía respirar en el mundo tal como lo conocía sin una máscara. La más mínima exposición a cualquier químico, como gasolina, perfumes, humo de cigarrillo, productos de limpieza, pesticidas y ambientadores, podría causarme, en cuestión de segundos, deterioro cognitivo, confusión, migraña y fatiga profunda, por mencionar algunos de mis síntomas. No más salidas al cine, de compras, a restaurantes, al gimnasio, a las casas de mis familiares y amigos, de vacaciones o viajar a Argentina para visitar a mi madre, mi familia y mis amigos. Nadie podía venir a mi casa si no se hiciera una desintoxicación estricta de todos los olores, perfumes u otros químicos en ellos y en su ropa. Tuve que aislarme.

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INTOXICACIÓN

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